Hacemos el aceite que soñamos. Pero más importante, para nosotros, con el cuidado de nuestro olivar mantenemos vivo el sueño de mi padre, para quien los olivos les recordaban a sus nietos, les decía que eran sus hermanos… y a quienes contagio su pasión por la naturaleza. Nuestra familia ha vivido toda su historia con los pies en la tierra, ahora este aceite que producimos, esta obra de arte; nos permite mirar al cielo, y sentirnos orgullosos de que preservamos el intenso trabajo que llegar hasta aquí ha supuesto a quienes eran sabios y únicos.
Share this article